Esto es algo que me sucedió hace ya algunos años y recordé hace poco.
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La historia es vergonzosa para mi, ya que todo sucedió con un libro que ni siquiera era mio.
Iba yo en uno de los peores colegios en los que había estudiado, pues apenas había regresado de Brasil y por orden del distrito me dieron pase a uno de los únicos colegios que aun tenían cupo para un estudiante. Bueno, el colegio era totalmente desorganizado. con profesores un poco permisivos y otros un poco 'raros'; Ya que yo odiaba recibir clases con aquellos profesores y no me permitían usar celular ni ningún tipo de aparato electrónico decidí dedicarme a la lectura. leí algunos libros al rededor de todo el año estudiantil. Leía todo lo que encontraba o me atraía leer, incluso tuve la oportunidad de leer 2 libros de Carlos Cuauhtémoc; Uno de ellos Juventud en Éxtasis, un libro que me gusto mucho ya que tocaba un tema interesante para mi en esos tiempos. Cuando lo termine de leer yo desconocía la existencia de una segunda parte hasta que un día hablando con una amiga ella me dijo que lo tenia y logre convencerla para que me lo preste. Ya tenia un libro más para leer e ignorar a los profesores. bueno, ese era mi plan... Pero no todo salio como me lo esperaba; Un lunes la profesora de ingles noto que no le prestaba atención aunque, exactamente nadie lo hacia. Pero supongo que como yo estaba en silencio era la victima más facil para ella. Así que decidió confiscar mi libro; luego de discutir con ella solo logre agrandar el problema y hacer que me lleve a la oficina de la rectora. Me enoje pero prometieron darme el libro el viernes. Solo faltaban 2 semanas para finalizar el año, así que acepte. El viernes, cuando fui a retirar el libro la profesora estaba enferma y no había ido. Y bueno, espere a el lunes... El lunes a la profesora se le olvido llevar el libro, al igual que el martes y que toda la semana. Fui donde la rectora el viernes y me dijo que me lo tenia que dar el lunes. El lunes ya no tenia clases pero igual tenia que ir por mi entrega de notas. No encontré a la profesora por ningún lado, pero si a la rectora quien me dio la excelente noticia que había reprobado el año, Algo que ya me esperaba. Lleno de rabia me fui del colegio, sintiéndome robado y bobo. Perdí un año y un libro que no era mio.
Ese es el bonito recuerdo que tengo hacia un colegio que no quiero ni nombrar.